Fernando Mendoza pasó de no figurar en ninguna lista previa a quedarse con el Trofeo Heisman. El quarterback de Indiana University Bloomington firmó una de las irrupciones más sorprendentes del futbol americano colegial, entregó a los Hoosiers el primer Heisman de su historia y encabezó el salto del programa hasta el primer sembrado del College Football Playoff.
La elección coronó una transformación inesperada de dos años para Indiana, que llegó a la temporada lejos de los reflectores y terminó instalada en la élite nacional. El impacto de Mendoza fue total, tanto en resultados colectivos como en producción individual.
Que su nombre apareciera en la boleta final ya era, para muchos, una sorpresa. Mendoza no figuró en las listas de apuestas al Heisman ni en los reconocimientos de pretemporada del Big Ten, una omisión que contrastó con el peso que terminó teniendo su temporada. A los 22 años, el quarterback originario de Miami, Florida, se abrió paso a base de rendimiento sostenido.
En el campo, Mendoza firmó números de élite. Completó el 71.5 por ciento de sus envíos para 2 mil 980 yardas, lideró a todo el país con 33 pases de touchdown, marca histórica para Indiana, y cerró el año como segundo a nivel nacional en índice de pasador.
Su consistencia también quedó reflejada en una racha poco común: fue el tercer quarterback del Big Ten desde el año 2000 en registrar tres partidos consecutivos con al menos cuatro pases de anotación y ninguna intercepción.
El reconocimiento también rompió una sequía a nivel conferencia. Mendoza es el primer ganador del Heisman surgido del Big Ten desde 2006, cuando Troy Smith, de Ohio State, se quedó con el trofeo.
El resultado confirmó además una tendencia clara en la votación. 20 de los últimos 24 ganadores del Heisman han sido quarterbacks. Las únicas excepciones recientes corresponden a Mark Ingram (2009), Derrick Henry (2015) y DeVonta Smith (2020), todos de Alabama, además del ganador de 2024, Travis Hunter, figura de doble rol con Colorado.
Mendoza, quien se incorporó a Indiana procedente de Cal antes del arranque de la temporada, dominó con amplitud la votación final. Recibió 643 votos de primer lugar y 2,362 puntos totales.
El segundo puesto fue para Diego Pavia, quarterback de Vanderbilt, quien llevó a un programa históricamente rezagado a su primera temporada de 10 victorias en 122 años (189 votos de primer lugar y 1,435 puntos).
El podio lo completaron el corredor de Notre Dame, Jeremiyah Love, tercero en la votación (46 votos de primer lugar y 719 puntos), y el quarterback de Ohio State, Julian Sayin, cuarto (8 votos de primer lugar y 432 puntos).


