La política exterior se hace en la conferencia “mañanera” y se concentra en la voz cantante de Sheinbaum, sin recurrir a la orquesta diplomática para dirigir elLa política exterior se hace en la conferencia “mañanera” y se concentra en la voz cantante de Sheinbaum, sin recurrir a la orquesta diplomática para dirigir el

¿Cuánto aguantará México la coacción de Trump?

2025/12/14 15:22

La política exterior se hace en la conferencia “mañanera” y se concentra en la voz cantante de Sheinbaum, sin recurrir a la orquesta diplomática para dirigir el concierto. En el neopresidencialismo, la cuestión clave es cuanto aguantará ella la coacción estadunidense por tomar definiciones ante su duro y crudo intervencionismo en la crisis de Venezuela y otros de la región incluido, por supuesto, México.

Colocar a la diplomacia en segundo plano de la “guerra comercial” de Trump desdibuja la política exterior o la relega a un resumen de la interior en unas cuantas palabras de la defensa de la autodeterminación, aunque la Presidenta goce de prestigio internacional. En un momento en que la polarización cierre espacio a posturas neutrales y la campaña militar de Washington en Latinoamérica de su nueva estrategia de seguridad nacional, no reconozca soberanías.

La presencia de México en el mundo cayó desde el sexenio pasado en mayor aislamiento; y en ese retraimiento, la diplomacia perdió claridad, proyecto y definición de contornos del plan de EU para restaurar su hegemonía en el hemisferio occidental. Las alertas están encendidas en el mundo y Latinoamérica, pero en México no se escuchan fuerte y claro los riesgos del nuevo expansionismo apoyando oposiciones como la de María Corina en Venezuela o perjudicando a insurrectos como Petro o Lula. La crítica lo explica por la continuidad de la máxima obradorista de que la mejor política externa es la interna, que se traduce en abandono de la escena internacional y concentración de la relación con EU. La táctica de evitar la confrontación directa y el discurso de minimizar los riesgos sostuvo el T-MEC en el primer gobierno de Trump, aunque con importantes concesiones en migración a cambio de poner en veda a la política interna.  

Pero la fórmula del apaciguamiento es frágil en el tiempo porque suele ser una reacción transitoria antes de enfrentar o transigir, como acaba de pasar con el reclamo del agua. El mundo que le toca a Sheinbaum es distinto al de su antecesor por la “guerra comercial” y el viaje del péndulo hacia la derecha en Latinoamérica a través de la injerencia electoral de la Casa Blanca a favor de oposiciones amigas con la cuales “alistar y expandir” la Doctrina Monroe 2.0. En la retórica de la dicotomía entre países hostiles y quienes cooperan, hay poco espacio para blindar la política interna; por percibirse como origen de los mayores males lo mismo del “narcogobierno” mexicano que del colombiano o el venezolano.

La amenaza de invasión a Venezuela es inaceptable para la región, tanto como la dictadura de Maduro. Pero EU explota la división interna para exhibir gobiernos a los que culpa de la migración y el narco dentro de su guerra comercial. Ya no son épocas de golpes blandos en nombre de la democracia y derechos humanos, sino del objetivo crudo de imponer orden y estabilidad en países que impliquen una amenaza a sus intereses, como ocurrido ya en Honduras o Ecuador, o protegiendo amigos como Argentina. Lo más preocupante es que encuentra una región más polarizada que nunca, lo que facilita intervenir elecciones en esos países; o valerse de opositores como María Corina para apuntalar su campaña militar con la legitimación internacional de un liderazgo que los invita a atacar a su país con el Premio Nobel en la mano, como si hubiera tiranos buenos y tiranos malos.

La 4T está atrapada en la polarización de la política del amigo-enemigo, que paradójicamente aplica al interior. Sus dilemas están entre alinearse con EU para salvar el T-MEC y mantener independencia en AL o diversificar sus relaciones con el mundo; sostener alianzas con gobiernos de izquierda, y enemistarse con otros de signo político distinto de Perú, Ecuador o Argentina; refutar el proteccionismo de Trump y poner aranceles a Asia, como exige para expulsar de la región libre a China y Rusia. ¿Cuánta tensión puede aguantar la Presidenta?

Su mayor ventaja es la falta de oposición interna. Pero así y todo México no podrá refugiarse en viejos principios de política exterior del rechazo al injerencismo y defensa de la autodeterminación para evadir tomar posturas, simplemente porque EU no respeta la legalidad internacional y la subordina a sus criterios de seguridad nacional contra narcos convertidos en terroristas y gobiernos controlados por éstos, como tilda a México y Venezuela, para desaparecer su soberanía.

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