Abusados

#PrimeraNETA

La Federación Mexicana de Futbol anda jugando con fuego. No es nada nuevo, así ha jugado desde hace muchos años, pero en cualquier descuido de los muchos que tiene por su falta de oficio, por su burla al aficionado y por su valemadrismo por hacer las cosas de una manera medianamente decente, aquella llamita con la que jugaban se puede hacer grande, y en cualquier momento les puede dar un susto mayor y terminar en explosión sangrienta. Alguna especie de bochorno, en el menor de los casos, o de escándalo violento pudiera suceder si se llegara al punto en que la afición les diga: “ya no más”. Y ese “ya no más” no sucederá si la Selección es eliminada en la primera ronda del Mundial, tampoco pasaría si la camiseta refrita de Adidas cuesta dos mil pesos más que en el Mundial pasado, no va por ahí el asunto.

El próximo 28 de marzo a las 7 de la noche, tiempo del centro de México, los ratones de Aguirre van a enfrentarse a Portugal en la inauguración del nuevo Estadio Banorte, que siempre seguirá siendo el Azteca. Los boletos se han puesto a la venta a través de una empresa boletera colombiana de nombre Fanki, que ha resultado ser un absoluto fraude, por decir lo menos: los boletos cuya venta inició la mañana de ayer, se agotaron en cuestión de segundos; los aficionados que hacían su fila virtual y que estaban en el lugar doscientos y pico de la fila, tuvieron que ver cómo sus esperanzas de obtener un boleto se convertían en humo ante el anuncio de Fanki: “Boletos agotados.

Miles de aficionados ya tienen su boleto asegurado para México vs. Portugal. Gracias por su confianza”. Jugar con fuego es jugar con el dinero de la afición; jugar con fuego, es jugar con sus sentimientos. Jugar con peligroso fuego es decirle al público que los ha apoyado por años y años: “ya no hay boletos” y, horas más tarde, vendérselos 19 veces más caros en páginas de reventa. Jugar con fuego es poner los boletos a la venta en una boletera con claros intereses y nexos con Alejandro Irarragorri.

Jugar con fuego es tener un equipo que dé vergüenzas y que mientras el aficionado vive esa vergüenza en carne propia, se acuerde que le han tomado el pelo, que lo han timado y que nunca pasa nada. Hay que tenerle miedo a una afición decepcionada y harta, a una que se le miente todos los días, porque se va a hartar y puede actuar. ¿Qué nos pueden hacer los aficionados? Se preguntarán más de alguno. Y la respuesta puede ser espeluznante. No es nuestro pueblo uno muy educado ni muy sensato ni muy culto ni muy cuerdo. Abusados.

#SegundaNETA

Dejen de estafar a los fanáticos.

#NETASextras

Un fanático enardecido puede ser el mismo diablo.